Te enseñamos a escuchar el cava. En nuestros cursos de cata te preparamos para que puedas conocer mejor el mundo de los cavas y vinos espumosos internacionales. Tener unos conocimientos amplios te ayudará no solamente a apreciarlo mejor, también te permitirá conservarlo y controlarlo adecuadamente, combinarlo con diferentes alimentos, y todos los procesos de su elaboración.
Adquirirás autonomía y podrás detectar las sensaciones que te transmitan tanto cavas como espumosos, y sabrás comunicarlas.
Educar los sentidos para aumentar la capacidad de percepción de sensaciones no es fácil, pero en nuestros cursos ponemos a tu disposición todo los medios para garantizar un aprendizaje ágil, ameno y que provocará tu curiosidad sensorial.
Las valoraciones del catador son notablemente influenciadas por el entorno donde se encuentra, los instrumentos que está usando, y por la influencia del enólogo. Por ello en las catas de nuestras cavas Xamós ponemos a tu disposición el mejor entorno (nuestras cavas, en el punto más alto del Penedès, rodeadas de viñas y bosque), los instrumentos más adecuados (copas oficiales, y temperaturas controladas de las botellas en la propia bodega), y el mejor enólogo: la segunda generación de las cavas Xamós, Josep Tutusaus.
Vista:
Mediante este sentido podrás reconocer el cuerpo, la edad y el estado del cava. Por lo general, intensidad de color da una idea de la cantidad de taninos que podría contener, y en consecuencia el cuerpo del cava. Así mismo la tonalidad en el color puede reflejar su edad.
Las áreas más importantes que deberemos observar será el “disco” (parte superior del cava en copa), y a continuación la brillantez y tonalidad con una buena fuente de luz, y sobre una superficie blanca. También es muy importante ver la cantidad y tamaño de burbujas presente.
Olfato:
El olfato es el sentido más importante en una cata, ya que el aroma del cava es el indicador más claro de su calidad. Este aroma se puede captar por vía nasal directa, o por vía retronasal (tomando cava). Esta última es siempre la forma más adecuada, ya que se produce una sobrepresión de aire en la boca, y el aire expulsado por la nariz es capaz de estimular con mayor impacto, las glándulas olfativas.
Gusto:
Hay cinco tipos de gustos que podemos percibir: dulce, amargo, ácido, salado, y umami. Este último, el menos conocido, se encuentra en unas papilas de la zona posterior de la lengua y es el más complicado de identificar. Aún así, un cava suele despertar en mayor o menos medida, cada uno de estos patrones gustativos.
Oído y tacto:
Estos sentidos aunque aparentemente pueden parecer poco importantes, el hecho es que pueden dar información decisiva en una cata.
En el caso auditivo, la eferves- cencia del cava o espumoso, puede ayudar a aproximar su densidad o ligereza, y la calidad de integración de las burbujas en él.
El tacto siempre lo limitaremos en la zona bucal. En ella podremos percibir estímulos táctiles y térmicos para notar su sequedad, rugosidad, e incluso causticidad (producida por cavas más ácidos).